
Uno de los numerosos bienes que forman parte de nuestro patrimonio artístico e histórico es el paso del Santísimo Cristo de la Esperanza, dado el elevado número de Cofradías de la provincia a las que ha servido en años anteriores para procesionar a sus respectivos Titulares.
Las andas, tal y como las percibimos en la actualidad, son de líneas sencillas aproximándose a un estilo neobarroco. Los trabajos de renovación de la carpintería fueron ejecutados por los talleres de ebanistería Lolo mientras que los paños de las cartelas fueron realizados por el insigne orfebre sevillano D. Manuel Seco Velasco en alpaca cincelada y plateada. Es iluminado en sus esquinas por cuatro faroles de madera con aplicaciones de orfebrería y varios guardabrisas repartidos por los laterales del canasto.
El conjunto de orfebrería es la única obra documentada que procesiona hoy día por las calles de nuestra ciudad lograda del cincel de este artista considerado como referente del oficio en la capital hispalense allá por la segunda mitad del siglo XX, aunque resulta realmente interesante analizar su origen y evolución a lo largo de los años.
Dicho paso sirvió inicialmente en la década de los años 50 como base para realzar bajo palio a la imagen de María Santísima de los Dolores, Cotitular de la Cofradía del Nazareno de San Fernando; y posteriormente fue adquirido en el año 1961 por la Hermandad del Ecce-Homo de la misma localidad gaditana. La orfebrería fue labrada entre 1950 y 1951, mientras que los trabajos de ebanistería correspondieron al industrial isleño Juan Barrera con maderas de Guinea.
El paso contaba con un solo cuerpo y, dado su anterior uso y deterioro, la Hermandad decidió reformarlo con vistas a adaptarle una canastilla en el año 1965 sobre la que figuraría el misterio de la Presentación de Jesús al Pueblo, con carpintería en madera de pino barnizado de Manuel Olmo y aplicaciones decorativas de Seco Velasco. Las andas fueron utilizadas en la Isla de León hasta el año 1969, y cedidas a su vez en este tiempo a la Hermandad de Gloria de la Divina Pastora de las Almas.
Su recorrido en la ciudad de San Fernando finaliza cuando en el año 1970 la Junta de Gobierno decide donarlo a la Hermandad de la Candelaria de Jerez, la cual destinó para su misterio y a su vez compartió con la Hermandad del Perdón que también residía por aquel entonces en la Parroquia de Santa Ana. En el año 1989 la corporación jerezana aprueba la ejecución de un nuevo paso a los talleres de Manuel Guzmán Bejarano y traspasa el anterior a la Hermandad del Abandono de nuestra localidad, aunque éste nunca llegaría a procesionar dadas las limitaciones físicas de la puerta del Templo del Sagrado Corazón. Esto conlleva que el 20 de Agosto de 1990 se firmase un nuevo contrato de adquisición por parte de nuestra Cofradía con valor de 360.000 ptas., siendo entonces nuestro Hermano Mayor D. Luís Martínez Jiménez.